Solano y Bote, José de
Solano y Bote, José de
Zurita (España) 6.3.1726 —
Madrid 1806
Cuarto comisario de la Comisión de Límites entre los dominios españoles y portugueses (1753). Gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela entre 1763 y 1771. Organizador de las milicias disciplinadas en Venezuela (1766). Hijo de Agustín Solano y de María Bote Moreno. Comenzó su carrera militar en España, como guardiamarina en 1742; alférez de fragata en 1744, recorrió varios países europeos en plan de estudios y espionaje industrial y naval. Viaja a América en 1754, como cuarto comisario de la Comisión de Límites de los dominios españoles con los portugueses, nombrada por el rey Fernando VI según real cédula del 14 de diciembre de 1753; esta comisión llegó a Cumaná el 7 de abril de 1754, pasó a Trinidad, remontó el Orinoco y el Caroní y efectuó estudios cartográficos, estratégicos y botánicos en el Orinoco y Guayana. Solano llega a los raudales de Atures (28.3.1756) y consigue financiamiento del virrey de Santa Fe, que le permite mantenerse en el alto Orinoco, y así afianzar la posesión española en la región del Orinoco y el río Negro. Asimismo, hace un plan de defensa basado en la colocación de lanchas corsarias, un sistema de fortificaciones a lo largo del río, y la mudanza de la capital Santo Tomé para el sitio de Angostura; esto último fue considerado por el rey Carlos III, y por real cédula del 4 de junio de 1762, se erige Guayana en comandancia separada, de hecho en provincia, y se decide establecer su capital en Angostura, lo cual se cumplirá en tiempo de sus sucesores Joaquín Moreno de Mendoza y Manuel Centurión. Solano regresa a España a fines de 1761 y se casa con Rafaela Ignacia Ortiz de Rozas (1762). En reconocimiento a los servicios prestados fue ascendido a capitán de navío, y nombrado gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela, por real cédula de Carlos III el 23 de mayo de 1763; prestó juramento ante el Consejo de Indias el 8 de julio, se embarcó hacia Venezuela, llegó a La Guaira el 7 de noviembre y el 12 tomó posesión de su cargo. Estudió la geografía de Venezuela, de la que ya tenía conocimientos por su estadía en Guayana; hizo un mapa a fin de conocer los recursos de cada región para desarrollar la agricultura y la ganadería y mandó hacer descripciones histórico-geográficas de regiones de la provincia, de las cuales se conocen 15. Recién llegado a su nuevo cargo, se enfrentó con las calamidades que produjo una epidemia de viruela, contando para ello con el apoyo del obispo de Caracas, Diego Antonio Diez Madroñera. En 1764, se inicia la instauración de las milicias disciplinadas en Venezuela; le corresponde a Solano implantarlas, ya que desde 1763 se le había pedido un plan destinado a la seguridad provincial, lo que lleva a cabo de acuerdo con las previsiones castellanas de milicias de 1734 cuando Solano publica un bando destinado a empadronar a los vecinos de Caracas para la formación y disciplina de la milicia. En abril de 1765, procedió a instalar el correo marítimo en Venezuela, reservando al Estado el transporte de la correspondencia para y desde Europa y América; estableció estafetas de correo en Caracas y Puerto Cabello. Una nueva calamidad sucedió en Venezuela: el terremoto del 21 de octubre de 1766, que causó grandes estragos en Caracas, dañando numerosas edificaciones públicas. En abril de 1769, revisó e inspeccionó personalmente los batallones de blancos, pardos y morenos, de acuerdo con la organización prevista de milicias de naturales del país. Terminado su período de gobierno, el 4 de abril de 1771, entregó el mando a su sucesor, Felipe de Fondeviela y Ondeano, y pasó a servir en la gobernación y capitanía general de Santo Domingo, así como a la presidencia de la Real Audiencia con sede en esa ciudad. En 1776 participó en la demarcación de límites entre el Santo Domingo francés (hoy Haití) y el español (actual República Dominicana). Ese mismo año regresó a España y continuó prestando sus servicios a la Corona. De nuevo en América, participó en la reconquista de la Florida (1781), que le valió el ascenso a teniente general de los Reales Ejércitos, además del título de vizconde del Feliz Ardid. En 1784, se le confirió el título de marqués del Socorro. Nombrado consejero de Estado, ejerció este cargo hasta su muerte.
Autor: María Elena Parra Pardi
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