San Martín, José de
San Martín, José de
Yapeyú (Argentina), 25.2.1778 —
Boulogne-sur-Mer (Francia), 17.8.1850
Héroe nacional de la Argentina y de la Independencia suramericana cuya acción libertadora condujo a la emancipación de Chile y el Perú. Su entrevista con Simón Bolívar en Guayaquil (1822) marca uno de los momentos estelares de la fraternidad hispanoamericana. Hijo de Juan de San Martín, quien ejercía las funciones de teniente de gobernador en Yapeyú, pueblo de las antiguas misiones guaraníes del Río de la Plata (Argentina) y de Gregoria Matorras, oriundos ambos de Castilla la Vieja. Tenía apenas 4 años cuando su familia se instaló provisionalmente en Buenos Aires antes de emprender viaje a España, donde llegó en abril de 1784. Cursa estudios en el Seminario de Nobles de Madrid y en 1789, se incorpora como cadete en el Regimiento de Murcia, empezando una vida castrense que lo conducirá a la cúspide de la gloria. En el ejército español combate contra los moros de África, y en la Península, participa en las luchas sostenidas contra franceses, ingleses y portugueses, interviniendo en unas 30 acciones de guerra. En 1808, su actuación en la batalla de Bailén le vale ser ascendido al grado de teniente coronel y condecorado con medalla de oro. En septiembre de 1811 se retira del ejército español, se embarca para Londres, y allí, a fines de ese año, entra en contacto con una organización revolucionaria inspirada en los ideales del precursor Francisco de Miranda. Poco más tarde viaja hacia Buenos Aires, a donde llega el 9 de marzo de 1812. Las provincias del Río de la Plata, en su mayor parte, eran entonces independientes. El gobierno le confía la misión de organizar el ejército, y San Martín crea el Regimiento de Granaderos a Caballo, con el cual obtiene su primera victoria en el combate de San Lorenzo, el 3 de febrero de 1813. Poco antes se había casado con María Remedios de Escalada. Enviado para socorrer al general Manuel Belgrano que había sufrido varios reveses al mando del ejército del Norte, San Martín tomó la dirección de ese ejército y estableció sus cuarteles en Tucumán. Fue allí donde planeó su audaz proyecto de tramontar los Andes para ir a libertar a Chile y el Perú. Nombrado gobernador intendente de Cuyo, se instaló en Mendoza, donde organizó y preparó el Ejército de los Andes, entre cuyos jefes principales figuraba el patriota chileno Bernardo O'Higgins. Cruzó los Andes y en Chacabuco, el 12 de febrero de 1817, obtuvo una victoria sobre el ejército español, libertando la capital de Chile y gran parte de su territorio. San Martín no aceptó regir los destinos del país, función que asumió O'Higgins como director supremo. El 19 de marzo de 1818 una contraofensiva de los realistas logró derrotar a los republicanos en Cancha Rayada pero pocos días más tarde, el 5 de abril de 1818, San Martín volvió a la carga y ganó la batalla de Maipú, con la cual consolidó definitivamente la independencia de Chile. Declinó aceptar una recompensa en dinero que le ofreció el Cabildo de Santiago, sugiriendo que esa suma fuese destinada a fundar una biblioteca pública. Con tropas argentinas y chilenas organizó el ejército Libertador del Perú que desembarcó en la bahía de Paracas el 8 de septiembre de 1820, culminando la campaña con su entrada en Lima el 10 de julio de 1821. El 28 del mismo mes proclamó en la plaza Mayor de esa ciudad la independencia del Perú, y el 3 de agosto asumió las funciones de gobierno con el título de Protector del Perú. Se entregó a la tarea de crear instituciones (la Bandera y el Himno, la Orden del Sol, la Biblioteca Nacional) mientras consolidaba su situación en Lima con la ocupación de la fortaleza de El Callao. Nombró como ministros a Hipólito Unanue, Juan García del Río y Bernardo Monteagudo. Luego de convocar un Congreso Constituyente partió a Guayaquil a entrevistarse con Simón Bolívar quien, a raíz de su victoria en Bomboná y de la obtenida por Antonio José de Sucre en Pichincha, había entrado triunfante en Quito el 16 de junio de 1822 y de allí había pasado a Guayaquil a comienzos del mes de julio. La entrevista de Guayaquil entre Bolívar y San Martín tuvo lugar los días 26 y 27 de julio de 1822 y tenía como objetivo los destinos de la guerra y la política continental. De regreso a Lima, San Martín se dio cuenta de que la anarquía asomaba en el Perú, y de que intrigas y aspiraciones de los rivales políticos se iban a desencadenar sin respetar nada. Volvió a asumir el mando supremo y empezó a tomar las medidas necesarias para reunir el Congreso Constituyente, renunciar al poder e irse del Perú. En efecto, el 20 de septiembre de 1822, dimitió irrevocablemente ante el Congreso que se había instalado ese día, y emprendió el viaje a Chile. Horas antes de partir recibió a una delegación del Congreso que le otorgó el título de «Fundador de la Libertad del Perú» y el grado de capitán general. Se embarcó en el Belgrano en el puerto de Ancón, la misma noche del 20 de septiembre de 1822 con destino a Valparaíso. Por su quebrantada salud pasó algún tiempo en las cercanías de Santiago antes de seguir a Mendoza, donde residió hasta el 20 de noviembre de 1823. Fue allí donde le llegó la noticia de la muerte de su esposa, ocurrida el 3 de agosto de ese año en Buenos Aires. Cuando San Martín llegó a esta ciudad su presencia suscitó en las autoridades una reacción hostil. Desconfiaban de él y le atribuían los proyectos más absurdos. Ante esa situación resolvió marcharse a Europa, embarcándose el 10 de febrero de 1824 en compañía de su hija Mercedes, niña aún. Después de haber visitado Inglaterra y Francia se estableció en Bruselas, retirado de la vida pública pero atento siempre al desarrollo de los acontecimientos en América. Cinco años después decidió regresar a Buenos Aires, a donde llegó el 6 de febrero de 1829, pero no desembarcó por no permitírselo el clima político hostil que encontró. Pasó a Montevideo y de allí regresó a Europa, imponiéndose un destierro voluntario. Con los escasos recursos de que disponía se volvió a instalar en Bruselas, y a comienzos de 1831 se trasladó a Francia, donde en 1834 adquirió la casa de Grand-Bourg en la cual vivió hasta 1848, cuando los sucesos políticos lo indujeron a residenciarse con su familia en Boulogne-sur-Mer, donde murió. En 1880, sus restos fueron trasladados a Buenos Aires para ser depositados en el mausoleo que se erigió al efecto en la catedral. En su casa de Boulogne-sur-Mer, convertida en museo, guardaba San Martín varias reliquias que prueban su aprecio y amistad por el Libertador Bolívar, además del gran óleo de este pintado por su hija, un medallón con la efigie del héroe caraqueño, recuerdo de Guayaquil, una lámina litográfica de este con la leyenda: «Unión, Unión o la anarquía os devorará» y una carta autógrafa de Bolívar enmarcada por el propio San Martín. Entre los dos libertadores reinó sin sombra la sustancial solidaridad, con el precio basado en justo y recíproco reconocimiento de las virtudes propias de ambos héroes. Para 1840, San Martín formula un juicio concluyente: «En cuanto a los hechos militares de Simón Bolívar, se puede decir que ellos le han granjeado con razón la fama de ser considerado como el hombre más asombroso que ha conocido la América del Sud. Lo que le caracteriza por sobre todo, formando en cierto sentido su rasgo especial, es su constancia a prueba, que se fortalecía en las dificultades, sin dejarse abatir por ellas, por más grandes que fuesen los peligros a los cuales se hubiera arrojado su alma ardiente». Confirmando la estima diáfana que Bolívar había reiterado con sinceridad a San Martín, están para todos los tiempos las efusiones del glorioso caraqueño: «Amigo le llamo a Vd. y este nombre será el solo que debe quedamos por la vida, porque la amistad es el vínculo que corresponde a hermanos de armas, de empresas y de opinión; así, yo me doy la enhorabuena, porque Vd. me ha honrado con la expresión de su afecto». Bolívar fue insistente en manifestar su amistad a San Martín, a quien llamó «Primer amigo de mi corazón y de mi patria».
Autor: José Luis Salcedo-Bastardo
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